Es muy común la idea de que los
padres se tienen que limitar a llevar a sus hijos al colegio o instituto,
clases particulares, actividades extraescolares, etc… y que con eso ya han cumplido su “misión”
como padres. En lo que a mí respecta, es una idea totalmente desacertada.
Ser padre consiste en mucho más que
realizar tareas de taxista, ser padre significa infundir unos valores a tus
hijos, tu marca personal por así decirlo. Si tú como padre no enseñas a tus
hijos los valores por los que te riges corres el riesgo de que adopte los
valores de otra persona, en este caso podrían ser los de su profesor, y que no estés realmente unido a
tu hijo, que tus ideas choquen con las de tu hijo en el momento que haya un
debate en tu casa. No quiero decir que adoptar los valores de tu profesor está
mal, por supuesto que no, pero tampoco está bien que tú, como padre, no enseñes
algunos (que no digo todos) de los más importantes para ti.
Tampoco quiero decir que el niño se
tenga que limitar a recibir más y más valores y ya está, también hay que
enseñar a tu hijo a pensar por sí solo, que no se deje engañar por las personas
de su alrededor, que algunas siempre serán más acertadas que otras, sino que, a
través de lo que él ha aprendido sepa interpretar la información y manejarla a
su gusto, es decir, que si al niño le llega cierta información no se limite a
acatarla y ya está, debe procesarla, interpretarla por sí mismo y que pueda
llegar a sacar su propia conclusión.
En mi opinión, el hijo que reciba
los valores más importantes de cada una de sus personas más cercanas (padre,
madre, familiares más cercanos a él/ ella, profesores), en un futuro, será una
persona bien educada y con la capacidad suficiente para afrontar cualquier
problema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario